Cuyocuyo es la primera Zona de Agrobiodiversidad de Perú

Cuyo Cuyo, Provincia de Sandia, Puno.
Cuyo Cuyo, Provincia de Sandia, Puno.

Estado peruano otorga primer reconocimiento como Zona de Agrobiodiversidad a comunidades que protegen legado agrícola. El distrito puneño comparte ecosistemas andino-amazónicos únicos en el país

En el marco del III Congreso de Áreas Protegidas (CAPLAC), el distrito de Cuyocuyo fue reconocido por el Estado peruano como primera Zona de Agrobiodiversidad del país. Cuyocuyo pertenece a la provincia puneña de Sandia y se encuentra en un espacio de transición entre la puna húmeda de los Andes centrales y las yungas bolivianas, entre los 3300 y los 5000 msnm, en la cuenca alta del río Inambari.

“Declaramos a Cuyocuyo como la primera zona de agrobiodiversidad del país. Somos conscientes de la importancia de la agricultura familiar para el desarrollo sostenible, pues sin los agricultores y sus esfuerzos por cultivar alimentos no podríamos vivir”.
Con estas palabras la viceministra de Políticas Agrarias, Paula Carrión Tello, otorgó el distintivo marcando un hito en la historia de la conservación peruana.

¿Cómo se consiguió este reconocimiento y por qué es importante? Esta es la historia.


LEGADO ANCESTRAL


Curanderos del Ande. Así eran conocidos los Kallawayas, una antigua etnia pre-inca que se especializó en la domesticación de cultivos agrícolas y construyó el mayor complejo de andenes de los Andes del sur. Hoy estas tierras constituyen el distrito de Cuyocuyo y sus herederos buscan proteger especies y tradiciones milenarias que han conservado de generación en generación.

Las características climáticas y geográficas de Cuyocuyo hicieron posible que se convierta en centro de origen de importantes cultivos andinos gracias al sistema de andenes que construyeron con piedra, barro y sabiduría ancestral. Su diseño es particular pues presenta escaleras rusticas y pequeñas cavidades que sirven como almacenes o lugar de descanso para los campesinos.

Aunque varios de los cultivos que crecieron alguna vez en esta zona ya han desaparecido, en la actualidad se pueden encontrar 123 variedades de papa nativa, 31 de oca, 29 de olluco, 12 de mashua, 22 de maíz y 22 de habas. Todo en un solo lugar.

Con los andenes, las comunidades también heredaron técnicas para conservarlos. Según reportes de Wildlife Conservation Society (WCS), organización aliada del Gobierno Regional de Puno para la protección de este territorio, más de 30 tecnologías ancestrales se conservan desde tiempos pre-incas.

La Qullana, por ejemplo, es una técnica en la que los hombres utilizan Chaquitacllas para abrir la tierra; mientras las mujeres forman surcos para colocar semillas con la técnica denominada P’inchaq.


EL RIESGO DEL OLVIDO

A pesar de su riqueza, Cuyocuyo se enfrenta al olvido: sus miembros más jóvenes migran a zonas mineras o cocaleras cercanas para trabajar, pues la chacra no produce lo suficiente para poder vivir, las plagas atacan los sembríos y lo poco que queda lo usan para alimentarse. “Hay muchos andenes que están subutilizados, si no se trabaja para conservarlos corren el riesgo de deteriorarse, derrumbarse y olvidarse”, señala Fernando Pérez, especialista de WCS.

Para empezar a superar estos problemas, en el 2016 seis comunidades del distrito iniciaron el camino a convertirse en zona de agrobiodiversidad. Se trata de las comunidades Puna Laqueque, Ñacoreque, Ura Ayllu, Puna Ayllu, Huancasayani y Cojene Rotojani. Es así que, luego de varios años de gestiones, obtuvieron el reconocimiento tras la opinión técnica favorable del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA).

Durante el proceso contaron con el respaldo del Gobierno Regional de Puno, con la asistencia técnica, legal y financiera del Wildlife Conservation Society (WCS) y con el acompañamiento del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


LOS PRIMEROS DEL PAÍS

Crear espacios de conservación de cultivos agrícolas es una prioridad mundial. Incluso la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) promueve que los países diseñen mecanismos de protección de especies vitales para la alimentación de la humanidad. En Perú, el proceso de creación de zonas de agrobiodiversidad inició hace varias décadas, pero recién pudo reglamentarse a finales del 2016 (Decreto Supremo Nº 020-2016).

Según señala Diego Sotomayor, asesor del INIA: “este reconocimiento marca un hito para el país. Es fruto de un esfuerzo enorme que hoy se consolida y esperamos que muchas otras comunidades opten por esta alternativa”. 

Cuyo Cuyo, Provincia de Sandia, Puno. Marcelina Hanco Ramos, produce oca en los andenes que heredaron de sus abuelos, su produccion es principalmente para autoconsumo y a veces para hacer trueque por fruta que viene de otras zonas.


Las zonas de agrobiodiversidad son espacios naturales que albergan importantes recursos genéticos y su reconocimiento es vitalicio. Surgen a partir de la iniciativa de los pueblos indígenas y buscan contribuir a mejorar sus condiciones de vida, fortaleciendo la conservación, uso sostenible y gestión local de la agrobiodiversidad nativa.

Con ese reconocimiento se abren una serie de beneficios para las comunidades. La promoción y apertura al mercado de los productos que se generen en estas zonas es uno de ellos. Los campesinos de Cuyocuyo lo saben:

Para nosotros es muy importante conseguir que todos sepan lo que tenemos en nuestra tierra, eso nos va a ayudar a salir adelante”, sostiene Fidel Ccarita, uno de los líderes comunitarios que impulsó el proceso desde el inicio.

Sin embargo, también sabe que aún hay mucho por hacer. “Queremos seguir capacitándonos, seguir aprendiendo para recuperar nuestros cultivos y conservarlos”, afirma.  


CULTURA VIVA

En Cuyocuyo no solo hay andenes. Al visitar la tierra de los antiguos Kallawayas, se pueden encontrar animales típicos de zonas montañosas como el puma, el cóndor, el oso de anteojos y el gato andino. También se han descubierto bosques de Queñua de la especie Polylepis pepei, que se encuentra en la Lista Roja de la UICN.

Y eso no es todo. Pastizales, matorrales y bofedales complementan el paisaje milenario en el que también se observan pinturas rupestres, chullpas, aguas termales, vestigios de puentes de piedra y restos de Qhapaq Ñan, el camino inca.

Por su valor cultural, Cuyocuyo también está postulando para ser reconocido como Paisaje Cultural de la Nación, en la subcategoría de Paisaje Vivo. El expediente se encuentra en manos del Ministerio de Cultura, quien dirigirá previamente un proceso de consulta con las comunidades.


CONSERVAR LOS ANDES

El Gobierno Regional de Puno, como parte de su estrategia de conservación de la diversidad biológica, estableció en el 2015, 18 zonas prioritarias para la conservación, espacios que representan casi el 13% de todo el territorio de la región. Cuyocuyo es el primero en consolidarse y se espera que la región altoandina continúe desarrollando iniciativas para la protección de los recursos naturales.

Con este importante logro el país también aporta al cumplimiento de las metas de Aichi establecidas en el Convenio sobre Diversidad Biológica en las que se prioriza la creación de sistemas de áreas protegidas y otras medidas eficaces de conservación in situ.

El PPD y el PNUD, con el respaldo del Ministerio del Ambiente (MINAM), continuarán apoyando este tipo de iniciativas con la finalidad de conservar la biodiversidad y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

DATOS:

  1. La Zona de Agrobiodiversidad abarca 6,554.82 hectáreas del distrito de Cuyocuyo.
  2. Más de 100 especies de aves y 150 tipos de plantas medicinales se registran en la zona. Destacan la muña, mullaca, yanten, diente de león y ortiga.
  3. Para conocer más visite: www.delapunaalasyungas.com

Nota original: PNUD Perú
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