Las comunidades altoandinas son expertas en el manejo de camélidos: domesticaron a la alpaca y la llama, y manejan en estado silvestre a la vicuña y al guanaco. Esta actividad contribuye al sustento de las comunidades más pobres, que viven en territorios con una altitud superior a los 3500 msnm, gracias a su uso en artesanía, alimentación, transporte, entre otros.