En las zonas más altas de los Andes del sur se encuentran glaciares, nevados, humedales, punas y pastizales. Su rol es estratégico porque captan y almacenan agua para consumo humano y para actividades productivas. Culturalmente, el espacio andino evidencia más de 10 mil años de ocupación humana, tiempo en el cual ha ido adaptándose y transformándose para convertirse en centro de origen, crianza y domesticación de especies únicas en el mundo.
La conservación y uso sostenible de la biodiversidad y paisajes naturales y culturales es una prioridad global. De las formas que existen para proteger y aprovechar sosteniblemente los paisajes, en esta publicación abordamos dos modelos de conservación de diversidad biológica y cultural. Se trata de reconocimientos como Zona de Agrobiodiversidad (ZABD) y Paisaje cultural (PC), mecanismos que constituyen un modelo a seguir por su aporte a la conservación y a la mejora de medios de vida de comunidades altoandinas.
